En la parte frontal de la rodilla está la rótula o patela. La rótula está engastada en el tendón del extensor largo de la rodilla. Los huesos del muslo y la pierna inferior están unidos por la cápsula en el interior y el exterior, con el refuerzo de los ligamentos (interior = ligamento colateral medial) (exterior = ligamento colateral lateral). Justo en el centro de la articulación, ambas partes de la pierna están unidas por los ligamentos cruzados.
Las lesiones agudas de rodilla generalmente se producen a consecuencia de un movimiento incontrolado (a resultas del cual la coordinación entre el muslo y la pierna inferior deja de funcionar), una colisión con otro jugador o una caída. En cualquiera de estos casos, los ligamentos o el menisco pueden sufrir daños. Esas lesiones siempre deben ser examinadas por un fisioterapeuta deportivo, un médico deportivo o un especialista en ortopedia.
Los ligamentos de los laterales suelen sanar sin intervención quirúrgica, mientras que los ligamentos cruzados no se curan por sí solos. No siempre es necesaria una operación. En función del nivel deportivo que se practique y la naturaleza de las actividades cotidianas del individuo, se debe decidir si es necesario operar o no. Es posible funcionar sin ligamentos cruzados. Esto influirá a la hora de decidir qué tratamiento se aplica y si operar o no. Para tener alguna posibilidad de volver a llegar al nivel anterior de actividad deportiva, harán falta algunos meses de extenuante rehabilitación para poder controlar correctamente todos los músculos de la articulación de la rodilla y fortalecerlos lo suficiente. Para sujetar la rodilla al volver al deporte, la rodillera Push Sports es una opción excelente.