Los demás dedos tienen tres falanges, mientras que el pulgar tiene dos, las cuales, debido a la forma de la mano, están unidas más estrechamente. La alineación del hueso metacarpiano del pulgar es diferente de la del resto de huesos de la mano. Gracias a la situación y a la especial anatomía del pulgar, y en combinación con los demás dedos, la mano es capaz de realizar la función de agarre. A consecuencia de esta función y estructura especiales, el pulgar tiene un riesgo de lesión particular, específicamente en los deportes de pelota y el esquí.
Generalmente las lesiones agudas se producen a causa de una caída o por una colisión con otro jugador o con la pelota. La lesión es el resultado de la hiperextensión o la flexión hacia atrás del pulgar.
Se siente dolor e hinchazón, y el movimiento se ve restringido en la zona de la articulación del pulgar. Mover el pulgar es especialmente doloroso. Aparece un hematoma y se inflama la eminencia tenar. En caso de desgarro, el dolor y la hinchazón aumentan y hay más inestabilidad.
Si el ligamento se desgarra por completo, el dolor percibido puede ser manejable, porque deja de haber tensión en el ligamento dañado. El rango de movimiento del pulgar aumenta considerablemente. Los síntomas principales son dolor agudo, inflamación y movilidad reducida del pulgar. La causa del dolor es que el tejido de alrededor del pulgar ha sufrido daños. Si se sigue un tratamiento correcto, generalmente estos problemas desaparecen.